lunes, 14 de diciembre de 2015

Carta publicada por el Els Joglars


Esta carta fue publicada en el muro del grupo de teatro catalán el pasado sábado en respuesta a la que Fulgencio Madrid presidente de FEAADAH les envió y de la que dimos  cumplida información en este blog

A pesar de lo doloroso que me resulta como madre leer estos comentarios creo que es importante que todos conozcáis el contenido


Carta abierta a don Fulgencio Madrid a propósito de las alusiones al TDAH
en la obra V.I.P. de Els Joglars
Estimado amigo:
Mi nombre es José Manuel Errasti Pérez. Soy licenciado en Filosofía, doctor
en Psicología Clínica y profesor titular del Área de Psicología Clínica de
la Universidad de Oviedo desde hace más de veinte años. Además, me
considero un auténtico apasionado del teatro y he tenido ocasión de asistir
a la representación de la obra "V.I.P." de Els Joglars.
Ante todo, quisiera manifestar mi respeto hacia usted y hacia todas las
personas que de una forma u otra se ven afectados por los serios problemas
del comportamiento infantil que en la actualidad se han etiquetado como
Trastorno por Déficit de Atención - Hiperactividad. No cabe discusión
acerca de la gravedad que pueden alcanzar estos problemas y de la
dificultad de los retos que plantean a las familias y las escuelas, por lo
que ha de tenerse siempre presente el absoluto apoyo que merecen unas y
otras. Obviamente, no mueve a los padres más que la búsqueda desinteresada
de la mejor manera de ayudar a sus hijos. Los profesionales de la salud y
de la educación que investigan estos problemas buscan lo mismo.
Pero la certeza indiscutible de la existencia de estos problemas del
comportamiento infantil no se corresponde con la unanimidad entre los
especialistas acerca de la naturaleza de estos fenómenos. No es éste el
foro en el que mantener una polémica acerca del muy problemático estatus
nosológico del TDAH, pero no se puede negar, como usted hace en su carta,
que tal polémica exista, ni se puede descalificar ad hominen a los que
defienden una determinada postura en ella negándoles su "apoyo en la
literatura científica". Importantes especialistas de la psiquiatría y la
psicología -con sus correspondientes títulos de doctores o catedráticos,
sus correspondientes publicaciones en revistas científicas internacionales,
sus correspondientes cargos de importancia en instituciones del ramo- están
señalando la inadecuación de entender estos graves problemas del
comportamiento infantil desde un enfoque médico. Tengan o no tengan razón,
afirmar que el TDAH es una realidad médica sólidamente aceptada como una
enfermedad más es faltar a la verdad, y quedo a su disposición para
facilitarles estas fuentes a las que me refiero.
Sin querer limitarme ahora específicamente al TDAH, nadie niega ya la
existencia de una tendencia social hacia la medicalización de los problemas
de la vida cotidiana. Una mezcla revuelta de ideologías individualistas
pseudocientíficas, intereses económicos y otros rasgos de los países
capitalistas occidentales, ha hecho que los problemas debidos a las
estructuras sociales y a las relaciones personales pasen a verse como
manifestaciones de biologías internas de cada individuo. Y esto también se
aplica a algo tan complejo y multifactorial como la educación de los hijos.
Recuerdo la grata sorpresa que fue para mí ver "V.I.P." y comprobar que una
vez más Els Joglars daban en el clavo al analizar un importante problema
social actual desde un punto de vista lúcido, cabal, valiente y muy
progresista. La referencia al TDAH me merece esa misma consideración.
Recuerdo haber comentado a la salida de la función con otros psicólogos lo
conveniente que sería que esta obra se representase en los centros
educativos y las escuelas de padres de nuestro país.
Sólo me queda manifestarle de nuevo mi respeto, mi reconocimiento a la
difícil situación en la que se encuentran muchas familias implicadas en
este problema, y enviarle un fuerte abrazo, en la seguridad de que
cualquier discrepancia en nuestro análisis será salvada por el
reconocimiento de que en este tema todos buscamos el mismo objetivo.
José Manuel Errasti Pérez