Nos esperaba una mañana fresca y nublada en Matute.
Las primeras rampas de acceso al barranco nos hicieron entrar en calor
rápidamente.
Precioso paisaje, espectaculares cerros y un hayedo de ensueño donde
almorzamos bajo la lluvia.
De regreso la lluvia aumentó en intensidad y acechó la niebla.
Nuestros marchosos aguantaron las inclemencias meteorológicas y regresaron
con un ritmo elevado.
Hasta la próxima.