Os ofrecemos un resumen de un magnifico artículo que nos ha parecido muy interesante respecto a como trabajar con los errores en el aula y del que podemos aprender mucho como padres.
Se puede y se debe premiar el error.
¿Por qué? Premiando el error consigues que tus alumnos ganen en
confianza, refuercen su autoestima y mejoren su autoconcepto. La escuela desde
siempre ha castigado el error, lo ha penalizado, ese ha sido uno de sus mayores
errores Un alumno que nunca se equivoca nunca aprenderá nada nuevo.
5 formas de premiar el error entre tus alumnos para fortalecer su
autoestima.
1. Premiar las intervenciones, no las respuestas. Intenta dejar muy
claro que el error forma parte del aprendizaje. Del error se puede aprender,
del error te puedes reír (no de los compañeros, sino con
los compañeros). Tienes que premiar la acción, la participación y dar un valor secundario a
las respuestas. Si premias las intervenciones, tu clase será más participativa,
más plural, todos los alumnos tomen el
riesgo de equivocarse. Todos, sin excepciones.
2. Modificar la percepción en pruebas y exámenes. Refuerza los aciertos.
En pruebas y exámenes puedes incidir en los aciertos o reforzar los errores.
Fíjate en la diferencia que existe entre estas frases:
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Castiga el error: “Tienes siete errores”.
·
Castiga el error: “Sólo has acertado tres de las diez preguntas”
·
Premia el error: “Has conseguido tres aciertos. Si te esfuerzas un
poco más seguro que conseguirás aumentar el número de respuestas acertadas”.
3. Insistir en que el error es el inicio de la respuesta correcta. Es muy frecuente
preguntar oralmente a los alumnos. En el caso de que se equivoquen a la hora de
responder, aprovecha este error para centrarte en la respuesta que ha
dado, no en la pregunta que tú querías que diera. Fíjate en este posible
diálogo entre docente y alumno:
·
Docente: “¿A qué categoría gramatical pertenece la
palabra ‘hermoso’?
·
Alumno: ” Es un sustantivo”.
·
Docente: “¿Cómo termina la palabra?”
·
Alumno: “En –oso” .
·
Docente: “Busca una palabra que acompañe a hombre y
que acabe en –oso”.
·
Alumno: “Hombre furioso”.
·
Docente: “¿Cómo definirías furioso?”
·
Alumno: “Es una cualidad”.
·
Docente: “¿Y a qué categoría pertenecen las
cualidades?”
·
Alumno: “A la categoría del adjetivo”.
·
Docente: “¿Puedes poner la palabra ‘hermoso’ a
continuación de la palabra hombre?”
·
Alumno: “Si, hombre hermoso”.
·
Docente: “Por tanto, hermoso es una cualidad”.
·
Alumno: “Sí, así es”.
·
Docente: “Entonces, ¿a qué categoría pertenece la
palabra hermoso?”
·
Alumno: “No es un sustantivo, es un adjetivo”.
·
Docente:”
Felicidades. La respuesta es correcta.”
4. Matizar los errores y acentuar los aciertos. No hay respuestas
erróneas, simplemente, hay respuestas que necesitan más preguntas para que se
acierten. Es fundamental la primera respuesta que des, cuando un alumno te
responda de forma errónea. Por el contrario, debes acentuar, debes reforzar al
máximo cuando se acierte.
5. Compartir el error. Siempre he pensado que el error es la viva imagen de
la soledad. Cuanto te equivocas te quedas completamente solo con tu error,
nadie quiere acompañarte. Hay que cambiar esa percepción tanto como sea
posible. ¿Cómo? Enseñando a tus alumnos a pedir ayuda a sus otros compañeros e
intentado que sean ellos quienes lo elijan, no tú. ¿Qué conseguirás con ellos?
Algo fundamental. Compartir el error, compartir la primera frustración que se
siente al no tener la respuesta que quieres. ¿Cómo hacerlo? Aquí te dejo un
ejemplo:
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Docente: “¿Cuál es la capital de Francia?”
·
Juan: “No lo sé”.
·
Docente: “¿Qué compañero te gustaría que te ayudara a
responder a la pregunta?”
·
Juan: “Andrés.”
·
Docente: “Andrés, ¿sabes cuál es la capital de
Francia?”
·
Andrés: “Creo que es París”.
·
Docente: “Juan, ¿tú qué crees?”
·
Juan: “¡Sí, es París! Ahora me acuerdo”.
·
Docente: “Felicidades
a los dos. Ambos habéis acertado la pregunta”.
La escuela de hoy
aborrece el error, penaliza el error, castiga el error, cuando el error es una
extraordinaria oportunidad de educar a tus alumnos.
No eduques a
tus alumnos para que nunca se equivoquen. Educa a tus alumnos para que cuando
se equivoquen, cuando cometan un error, sean conscientes del aprendizaje que
eso implica y del valor que tiene para su autoestima,
para su inteligencia emocional.
Texto completo - justificaturespuesta.com