Una ligera niebla y la
frescura de la mañana nos acompañó para afrontar las duras rampas de ascenso.
La llegada a la cima nos premio con unas impresionantes vistas y como es costumbre, un buen almuerzo.
El comienzo del descenso, por una nueva ruta, resultó divertido. Tierra y piedras sueltas pusieron a prueba nuestro equilibrio. Después un bonito y cómodo camino nos llevó a nuestro punto de partida.
Hasta la próxima.