miércoles, 28 de noviembre de 2012

Actitud de los padres frente al profesor de su hijo



Muchas veces los hijos relacionan que ir a hablar con el profesor es sinónimo de ir a discutir sobre las cosas malas que hacen. Por ello es importante intentar eliminar este estereotipo reuniéndose con el profesor también cuando las cosas vayan bien y así poder centrarnos en los aspectos positivos del niño para queden al descubierto y sean valorados.

No es bueno reunirse solo cuando hay problemas al igual que no es bueno mostrar nuestro enfado, ni descalificar al profesor delante de nuestros hijos. Debemos explicarles que vamos a hablar con su profesor para aclarar algunas cosas y buscar soluciones.

Es muy importante y positivo que intenten asistir a las reuniones el padre y la madre juntos. Tanto profesores como el propio niño lo percibirá como una demostración de interés hacia la labor que realizan y hacia ellos mismos. Con ello se puede conseguir que no se olviden detalles, estar más relajados, acabar más satisfechos y obtener mejores resultados.

Antes de la reunión tenemos que mentalizarnos que debemos tomar una actitud positiva, tratar de evitar ideas preconcebidas y no “dictar sentencia” antes de oír al profesor.
El conflicto es positivo y natural cuando conlleva ideas nuevas, pero puede ser negativo cuando se convierte en un choque de personalidades. Las causas más comunes de las discusiones a las que profesores y padres se enfrentan en las reuniones suelen ser:
  • Que cada uno de nosotros quiere hacer las cosas a su manera.
  • Creencias erróneas sobre el trastorno que padecen nuestro hijo.
  • Malentendidos o formas distintas de ver las cosas de ambas partes.
  • Falta de cooperación, real o imaginaria del docente o de la familia.
  • Conflictos de personalidad. Problemas con la autoridad. Frustraciones individuales.
  • No querer aceptar responsabilidades por alguna de las partes.
  • Incapacidad para seguir las normas o ceñirse a los planes.
  • Desacuerdo en la forma de alcanzar las metas acordadas.

Durante la reunión deberemos mantener la calma, actuar con educación en todo momento y centrarnos en el problema del niño, no perder el tiempo comentando nuestros propios problemas.
Es importante escuchar al profesor sin interrumpir antes de explicar nuestro punto de vista y ceñirse siempre al asunto que queremos tratar. Si el profesor se sale del tema, háganle volver al mismo con delicadeza, pero también con firmeza.


Intenten que comprenda nuestros sentimientos y la razón de los mismos, cuidando nuestras emociones para intentar buscar soluciones y evitar el impulso destructivo de buscar culpables.

Deberemos valorar y tener en cuenta el trabajo del profesor y su punto de vista para buscar entre ambas partes puntos en común Es conveniente pedirle al profesor que diga algo positivo del niño y decirlo nosotros también. Todo bajo un ambiente de cordialidad.

Hacednos con una agenda donde reflejemos todo lo tratado. No debemos abandonar la reunión sin preguntarle al profesor qué espera de nosotros y sin marcar objetivos mínimos y razonablemente alcanzables. Ofrezca una solución y/o alternativas negociando compromisos e intentando crear una situación favorable para todos. Ir aumentando objetivos en las sucesivas citas según se vayan cumpliendo. Si no se cumplieran alguno de ellos analizar el porqué e intentarlo para la cita siguiente.