Las familias con hijos afectados por TDA-H escuchamos afirmaciones e ideas de forma repetitiva en diferentes ámbitos y situaciones.
Una afirmación que todo padre de niño con TDA-H ha escuchado en algún momento es: “No puedo tratar a tu hijo de forma distinta que a los otros, no quiero poner etiquetas”. Ningún padre quiere que “etiqueten su hijo” y agradecemos que se eviten etiquetas peyorativas.
Escuchar con frecuencia este tipo de ideas puede calar en quien escucha, pero la repetición de un concepto no lo hace cierto. Es necesario reflexionar antes de darlo por bueno. Por eso nos preguntamos; ¿puede haber algo más injusto que tratar a los diferentes como iguales?
Nuestros hijos afectados por TDA-H tienen un problema, una dificultad evidente que constituye una realidad en su vida y que, queramos ponerle nombre o no…SE NOTA. Poner nombre a lo que le pasa a nuestro hijo no es lo mismo que ponerle "al niño una etiqueta".
Ponerle nombre al problema que padece nuestro hijo/alumno, debería servir para comprender mejor al afectado, su forma de actuar, su comportamiento. Para ayudarle a sobrellevar sus dificultades. Para tratarle teniendo en cuenta sus necesidades, de forma justa, evitando malos entendidos. Para ajustar las expectativas a su realidad y las exigencias a sus posibilidades.
