La
Conselleria de Educación Valenciana va a implantar una nueva herramienta que
funcionará a través de internet para que los profesores evalúen a sus alumnos
con el objetivo de detectar problemas que puedan causar casos de bajo
rendimiento en las aulas: desde el déficit de atención hasta carencias en la visión
o la audición, situaciones de discapacidad o los vinculados con el desarrollo
del lenguaje y el proceso de aprendizaje.
La iniciativa
se enmarca dentro del Plan de Choque contra el Fracaso Escolar. La intervención del profesor supondrá la
primera fase de detección, que también implica a los especialistas de los
servicios de orientación, de los gabinetes psicopedagógicos y a las familias.
Se
pondrá en marcha el curso 2014-15 en 1º de Primaria, se aplicará durante el
primer año de la escolarización obligatoria para poder atajar cuanto antes las consecuencias de este tipo de
disfunciones.
La medida se
concreta en una orden que ya fue presentada a los sindicatos docentes y que se
dará a conocer a las confederaciones de asociaciones de padres.
Los centros
elaborarán un plan de medidas para atender a los niños que sufran estos
trastornos El profesorado se encargará
de recabar la información necesaria para facilitar una detección precoz a
través de «la utilización de unas escalas de observación que la Conselleria
pondrá a disposición de los centros mediante una plataforma web». Se trata de
diferentes formularios y tests en los que se hará un seguimiento
individualizado de los alumnos, indicando situaciones o comportamientos que se
hayan percibido y puedan derivar en necesidades de apoyo educativo. No se trata de una colaboración opcional,
pues la orden fija la obligación de realizar la evaluación, tanto para el
personal docente como para el equipo directivo.
La normativa también dice que en los planes de formación continua a
disposición de los profesores se incluirán «acciones referidas a la detección,
identificación e intervención» respecto a este tipo de alumnado.
Los datos
recopilados en las aulas se remitirán al gabinete psicopedagógico, que será el
encargado de hacer un diagnóstico como paso previo a la elaboración de un plan
de medidas que servirá para minimizar el impacto de los trastornos detectados.
Por ejemplo, se plantea la posibilidad de acometer adaptaciones del currículo.
Los encargados de desarrollarlo serán el equipo docente y el especialista del
departamento de orientación en colaboración con la dirección y con las
familias, que además de aportar información recibirán indicaciones para atender
a este alumnado.
Lo novedoso de la medida no es tanto el objetivo, pues ya se
detectan este tipo de trastornos a través de los psicopedagogos o los
orientadores, sino que se establece un
protocolo que agiliza la identificación de problemas, o lo que es lo mismo,
hace que el proceso sea sistemático y no dependa de la intuición del docente.
Además, la normativa abre la puerta a que los centros de titularidad privada
pongan en práctica el procedimiento.
En cuanto a los destinatarios, la orden se refiere
a estudiantes que presentan necesidades específicas de apoyo educativo (Neae),
lo que incluye una extensa casuística, Trastornos por Déficit de Atención e
Hiperactividad (Tdah), altas capacidades intelectuales, problemas derivados de
una incorporación tardía o de condiciones personales o de historia escolar
(aquellos que parten en una situación de desventaja por su contexto social). También
engloba a los que presentan casos de retraso madurativo, alteraciones del habla
y del lenguaje o trastornos específicos del proceso de aprendizaje, como son las
dislexias (problemas de comprensión lectora) o las discalculias (dificultades
para realizar problemas matemáticos). Además, se prevé detectar necesidades
especiales causadas por una discapacidad y trastornos graves de conducta.
Las Provincias. es
29 de mayo 2014.