Sabemos que
cuando se alcanzan los 18 años y comienza la edad adulta hasta un 70% de los
afectados continúan teniendo dificultades y un alto porcentaje del cuadro de
síntomas continúa, aunque éstos se van a expresar de forma diferente a los de
la infancia:
- La hiperactividad se reducirá marcadamente, ya no se manifestará como en un no parar, se convertirá en algo interno, en un sentimiento subjetivo de inquietud, pero no una hiperactividad incómoda.
- El déficit de atención puede expresarse en forma de despistes, le mantendrá la dificultad para terminar tareas, para organizarse, para gestionar el tiempo, el dinero, en definitiva para actividades que requieran la participación de procesos cognitivos.
- La impulsividad seguirá manifestándose con impaciencia, con respuestas precipitadas que le dificultará interactuar en grupos y le llevará a aumentar las conductas de riesgo.
El modelo del TDAH en la infancia no va a
ser suficiente para comprender al ya adulto que padece un déficit de atención
aunque lo haya compensado con gran esfuerzo a través de mecanismos y recursos.
No todos los
sujetos con TDAH van a demostrar un
mismo patrón evolutivo a lo largo de su vida. Así podríamos hablar de cuatro
desarrollos distintos:
- Los síntomas pueden desaparecer con el tiempo (poco frecuente)
- Los síntomas persisten pero el sujeto se ha adaptado a ellos y no le generan disfuncionalidad.
- Los síntomas le produzcan un cuadro comórbido que le genere disfuncionalidad.
- Los síntomas evolucionan hacia un cuadro comórbido con trastornos patológicos más graves que hacen que la clínica del TDAH quede en un segundo plano.
Serán diversos
los factores que tienen un papel relevante; desde el punto de vista clínico
destaca el aumento de la severidad de los síntomas y la precocidad en que
produzcan disfunción asociada y factores personales, como su inteligencia,
pueden compensar ciertos déficits relacionados con el TDAH.
En el ambiente,
tanto la familia como el entorno social tienen un peso importante, donde
destaca el estilo atribucional que se le aplica, es decir, si se le trata de
culpabilizar de su trastorno o, por el contrario, el enfoque se pone en la
actitud de ayuda.
Independizarse
de sus padres, establecer su propia identidad, mantener relaciones personales
positivas, completar sus estudios o escoger una carrera de la cual pueda vivir
y entender su propia sexualidad, son procesos del desarrollo de cualquier
adolescente que llega a la etapa adulta que deben alcanzar con éxito, con
comprensión y ayuda de la familia.
Es fundamental
saber cuáles van a ser sus dificultades y entender el por qué de ellas:
En el aspecto
académico tiende a lograr una menor formación a pesar de disponer de recursos
cognitivos apropiados, además, suelen incrementarse los problemas de adaptación
y disciplina. Las repercusiones del déficit de atención del TDAH si no ha
seguido un tratamiento serán probablemente de fracaso en sus estudios aún
siendo notablemente inteligente. Este fracaso, que siempre lleva asociado
críticas, sermones y reflexiones de los adultos, contribuirá a
debilitar aún más su autoestima, lo que le ocasionará más probabilidades de
mezclarse con grupos marginales e implicarse en conductas de riesgo.
Solo un 25 % de
los afectados por TDAH consiguen completar el bachillerato y acceder a la
universidad y solo un 7% de ellos termina con éxito unos estudios
universitarios.
Síntomas
propios del TDAH como: Hablar en exceso, dificultad para prestar atención
cuando se les habla, no escuchar toda la información, dificultad para esperar
turnos en la conversación e interrumpir con frecuencia, divagar o salirse del
tema de la conversación o confundir lo que piensan con lo que dicen, provocan
una dificultad para comunicarse adecuadamente y hacer un correcto seguimiento
de sus compromisos, lo que conlleva mayores dificultades también en sus
relaciones interpersonales.
Las personas
con TDAH presentan alteraciones en la habilidad de conducción, asumiendo más
riesgos, conducción más temeraria y sufriendo más accidentes. Los tiempos de
reacción afectados por el trastorno le llevará a una conducción más insegura.
Tanto el volante como el acelerador lo utilizan de forma impulsiva.
Desde la
infancia los afectados por TDAH han solido sufrir rechazo, lo que les puede
llevar a no mostrar una imagen real en sus relaciones. Su tendencia a mentir,
su falta de reflexividad y no medir las consecuencias de lo que dicen, hace que
tengan relaciones de poca calidad, hieran a su pareja y/o dañen su relación.
También tienen más probabilidades de mantener relaciones extramaritales, mayor
estrés parental y mayor porcentaje de divorcios.
En el aspecto
laboral, sus dificultades suelen tener que ver con el control de impulsos y la
inatención. Cometen errores o descuidos en el trabajo, especialmente porque son
desorganizados, se distraen fácilmente o tienen problemas de concentración para
aquellas actividades que encuentran aburridas. Mayor inestabilidad laboral.
Intervención
Uno de los
mayores obstáculos, para cualquier chico de 18 años con TDAH, es aceptar o
reconocer que tiene dificultades, por lo que le costará tomar en serio y
comprometerse en el proceso de intervención o tratamiento.
La necesidad de
independencia y control sobre su tratamiento puede provocarle problemas a la
hora de querer tomar la medicación, ya que probablemente sienta que ésta puede
restarle espontaneidad o considerar que tomarla es aceptar que hay algo malo o
defectuoso en él.
Si ya a esa
edad un chico sin TDAH tiene grandes conflictos sobre lo que quiere o debe
hacer, en el caso del chico con TDAH, este hecho se incrementa debido a sus
características o conductas, como su impulsividad, su ausencia de flexibilidad,
falta de crítica, dificultad para anticipar consecuencias y elaborar
alternativas, etc. De aquí que en muchas ocasiones, requiera de una
intervención terapéutica no sólo para ayudarle a avanzar por el
"camino" para llegar a lo que quiere ser, sino que incluso en
necesario apoyarle para que descubra cual de todos es SU CAMINO.
Además, la
comorbilidad del TDAH con otros trastornos psiquiátricos al alcanzar los 18
años va a ser alta: ansiedad, depresión, trastorno bipolar,
desórdenes de personalidad, abuso de substancias, etc.
Por todo ello
es importante:
Buscar un profesional
o coach experto en TDAH que le diseñe un plan individualizado de acuerdo a su
propio contexto funcional, planteando conjuntamente objetivos y metas
alcanzables. Un profesional que le asesore y sugiera como realizar cambios en
la estructura de la casa, en su vida social y en el ambiente de trabajo, como
manejar el tiempo, el dinero, que le aporte estrategias de organización,
planificación y rutinas tanto para su trabajo como para sus actividades,
relaciones familiares, sociales y/o de pareja.
Además,
para mantener un buen estado físico y mental, es necesario que lleve una
alimentación sana y equilibrada, evite el consumo de bebidas alcohólicas y
sustancias tóxicas y practique ejercicio periódicamente.