lunes, 29 de abril de 2013

Cine, música, periodismo y deporte con el TDAH

Desde la FEAADAH damos las gracias a todas las personas que desinteresadamente han estado implicadas en este vídeo de apoyo a la campaña por "Día Mundial de Sensibilización sobre el TDAH.
Solidarios con el TDAH Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad un buen número de personalidades de nuestro país muestran en este vídeo sus apoyos por un "Día Mundial de Sensibilización sobre el TDAH". Son las actrices Ana Fernández, Marta Belenguer, Anabel Alonso, María Fernanda D'Ocon, Josele Román, Elisa Matilla, Miren Ibargurem y Pepa Ru; la cantante Sole Giménez; el periodista Iñaki Gabilondo y el piloto de moto GP Héctor Barberá.

Por el Día Mundial del TDAH: aquí


jueves, 25 de abril de 2013

martes, 23 de abril de 2013

Grupo de Ayuda Mutua - padres - 2013-04-26

Grupo de Ayuda Mutua (2012-2013):
"Respuesta paterna a las conductas inapropiadas de los hijos"

Jornada del 26 de abril de 2013 - 19:00 horas
Avda. de La Rioja, 12, 2º, puerta 3 - Logroño
Exclusivo para familias asociadas

lunes, 22 de abril de 2013

"Al trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) no pueden enfrentarse padres o educadores solos"



"Son niños más inmaduros, despistados, olvidadizos, caóticos y desorganizados. Unos son hiperactivos, otros desesperadamente lentos. También son niños entusiastas, cariñosos, familiares, divertidos, espontáneos, transparentes, sin malicia y muy nobles. Son niños por los que merece la pena luchar". Ésta es la descripción que Isabel Orjales, doctora en Pedagogía, atribuye a los niños que padecen déficit de atención con hiperactividad. Más conocido como TDAH, este trastorno afecta entre un 3% y un 6% de los niños en edad escolar de nuestro país, aproximadamente un niño por aula.
Orjales, profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Facultad de Psicología de la UNED, es autora y colaboradora de numerosas obras relacionadas con el TDAH y sus consecuencias en el rendimiento académico de quienes lo sufren, hecho que le sitúa en una excelente posición para ofrecer una detallada fotografía de cómo se vive este trastorno en el ámbito educativo. Su conclusión es clara: "si no reciben la ayuda apropiada, el riesgo de que estos niños no terminen la Educación Secundaria es muy alto".

En los últimos años se habla del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en los niños con mucha más frecuencia que antes, ¿responde esto a un aumento en la tasa de afectados?

Hay que tener en cuenta que hace 20 años el TDAH era un trastorno prácticamente desconocido en nuestro país y los niños afectados no se diagnosticaban como se hace ahora, por lo que puede existir una falsa impresión de que los niños se han vuelto "hiperactivos" de pronto, cuando lo que realmente ha aumentado es el número de profesionales formados en la detección y el posterior diagnóstico de niños que antes crecían con el calificativo de torpes, tontos, vagos, maleducados o problemáticos; niños que no recibían ayuda y familias que sufrían con ellos. Aun así, todavía en España son pocos los niños que han tenido la suerte de dar un equipo de profesionales bien formados que haya podido valorar si padece este trastorno.

¿A partir de qué edad se puede hacer un diagnostico de TDAH en un niño?

Muchos niños de 3 y 4 años de edad pueden mostrar síntomas de hiperactividad e impulsividad con una intensidad superior a la de los niños de su misma edad (los síntomas de desatención son más evidentes a partir de los 6 años). Pero ese no es criterio suficiente para diagnosticar TDAH, dado que hay otros muchos motivos por los que un niño puede mostrar, puntualmente, estos síntomas. A estas edades se debe hacer una evaluación del niño y proponer programas de intervención para los padres. El diagnóstico a los 2-3 años es, en la mayoría de los casos, el de "niño de riesgo de TDAH".

¿Se debe intervenir desde el punto de vista educativo en esa situación de riesgo?

"La intervención educativa debe hacerse con el niño de riesgo, sin esperar a que se confirme el diagnóstico"
Por supuesto, la intervención educativa debe hacerse con el niño de riesgo, sin esperar a que se confirme el diagnóstico. Los padres que tienen claro que su hijo es más movido, disperso, inmaduro y difícil de educar que los niños de su edad deben recibir ayuda inmediata de un profesional de la psicología o la educación que les entrene en control de conducta y que realice el seguimiento preciso hasta recabar la información necesaria para determinar si se trata de un niño con TDAH, un niño con otro trastorno o con ambos. El diagnóstico es un proceso complejo que debe realizarse por un equipo de profesionales de distintos ámbitos como la medicina, la psicología y la educación.

¿Cuáles son los principales signos a los que deben prestar atención los educadores y los padres para detectarlo?

En menores de 6 años, los padres y educadores deben estar alerta ante niños o niñas que se muestran habitualmente y de forma clara inteligentes pero más inmaduros, movidos, impulsivos, atolondrados, menos conscientes del peligro, con más problemas de autocontrol que los niños de su mismo sexo y edad. Pero también tienen que estar alerta ante aquellos otros niños y niñas, también inteligentes e inmaduros, pero que parecen más bien hipoactivos, lentos para comer, vestirse, responder, dispersos y con dificultades para prestar atención como los demás, siendo inteligentes, para aprender a su ritmo. Ninguno de estos síntomas constituye, por sí solo, un diagnóstico de TDAH, pero alerta de que el niño y su familia deben recibir orientación educativa y un seguimiento más cercano para valorar su evolución y poder llegar a un diagnóstico certero.
Por otra parte, en los niños mayores se debe observar si tienen problemas de rendimiento escolar, si su rendimiento es inferior al esperado dada su capacidad o de acuerdo al tiempo que dedican. Asimismo, hay que valorar si el niño es más impulsivo, desorganizado, olvidadizo y despistado que otros niños de su misma edad.
¿Qué pasos recomendaría dar a las familias que detectan estos síntomas? ¿dónde deben acudir en primer lugar?
"Los padres representan la gasolina y el apoyo técnico que un motor, como el niño con TDAH, necesita"
Los padres que, tras informarse de forma adecuada, consideran que su hijo podría tener rasgos que se acercan a los de los niños con TDAH deben acudir a un profesional bien formado en TDAH que pueda hacer una valoración de esos síntomas. Asimismo, las asociaciones de padres de niños con TDAH pueden consultar todas las dudas en la web de la Federación Española de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, donde puede encontrar información y apoyo. Es importante que los padres conozcan que el TDAH no es un trastorno que se solucione en un año, sino que tienen por delante una carrera de fondo. Por ello, no pueden fundir todo su tiempo, energía, motivación y recursos económicos en los dos primeros años y, agotados, tirar la toalla, después. Deben tomarse las cosas con serenidad y velar por su salud física y mental, cuidarse mucho como personas y como pareja. Tan importante es el tratamiento del niño como que los padres tomen conciencia de la necesidad de velar por ellos mismos. Los padres representan la gasolina y el apoyo técnico que un motor, como el niño con TDAH, necesita.

¿Qué dificultades de aprendizaje suele presentar un niño con TDAH?

No reflejar en los exámenes lo que se sabe por responder de forma incompleta y con expresión desorganizada, no tener en cuenta datos de los enunciados matemáticos, cometer errores de cálculo, olvidar lo aprendido, ser desordenados en la presentación de los trabajos, olvidar llevar material o entregar tareas que han realizado, estudiar de forma superficial y estar convencidos de saberse la materia o tener problemas para distinguir la información relevante de la complementaria durante el estudio. Pero también se dan muchos casos de niños con TDAH que tienen, además, otros diagnósticos asociados, como trastornos de la lectura, escritura o cálculo, disgrafía o dificultades perceptivo-motoras importantes.

Una vez tratado el TDAH, ¿se pueden obtener buenos resultados en clase?

El rendimiento no depende únicamente del tratamiento recibido por el niño (medicación de apoyo junto con tratamiento cognitivo-comportamental), también depende de la exigencia del curso académico en el que se encuentre, del apoyo que recibe y de la confianza del niño en sus propias posibilidades. Por lo tanto, un niño con TDAH diagnosticado de forma temprana, bien tratado y con colaboración de la familia y la escuela, puede tener un buen rendimiento académico y convertirse en un adulto bien adaptado y experimentar el éxito profesional.

Y en el caso contrario, ¿qué puede ocurrir si no se trata?

"Hay niños que prefieren refugiarse en el papel de "vagos" que seguir intentándolo y fracasar"
Si no recibe la ayuda apropiada, el niño con TDAH que inicialmente es entusiasta, positivo y que disfruta aprendiendo puede desesperarse al no ver nunca el fruto de su esfuerzo y coleccionar experiencias de fracaso y sentirse incomprendido por sus compañeros y profesores. Estos niños acaban desarrollando muy poca tolerancia al esfuerzo y al fracaso, prefieren refugiarse en el papel de "vagos" que seguir intentándolo, fracasar y sentirse tontos. La mayoría de estos niños tienen baja autoestima, irritabilidad e incluso síntomas de depresión que permanecen ocultos tras una máscara de apatía, dejadez, e incluso, conducta oposicionista y desafiante. El riesgo de que estos niños no terminen Educación Secundaria, desarrollen cuadros severos de problemas de conducta o inicien conductas conflictivas es muy alto.

¿Cuál es la actitud del profesor ante el TDAH?

En el ámbito docente hace falta todavía mucha información y formación sobre este trastorno. El niño con TDAH desconcierta, porque parece listo pero muestra reacciones tan inmaduras que al profesor le resulta difícil creer que no se trate de descaro, holgazanería o falta de límites educativos. Para los profesores de niños de más de 12 años que sufren TDAH, es muy difícil. A esta edad el niño, frustrado y desmotivado, comienza a tirar la toalla y no quiere enfrentarse a aquello que sistemáticamente le lleva al fracaso. Los profesores los identifican como niños que no quieren trabajar, y es totalmente cierto, pero muchos de ellos creen que este es un rasgo de personalidad que hay que combatir con exigencia, olvidando que es una actitud aprendida y secundaria debida a dificultades específicas de base biológica y a una importante historia de fracaso personal.

¿Cómo reacciona el docente?

Ante este panorama cada vez encontramos más profesores sensibilizados que se han formado en el TDAH, que colaboran con la familia y piden recursos a la escuela. Pero todavía hay muchos docentes convencidos de que sólo se trata de un intento de los padres de justificar el mal funcionamiento de un chico que es un vago y maleducado. Piensan que lo mejor que pueden hacer por estos chicos es exigirles con firmeza y no pasarles ni una. Se trata, la mayoría de las veces, de buenos profesionales, muy capaces, por ejemplo, de sacar adelante a un chico con una discapacidad intelectual, pero que enfocan mal el problema del niño con TDAH porque no consideran que sea diferente de los otros chicos y le exigen de igual manera.

¿Cuáles son las principales estrategias educativas que puede adoptar un docente con un alumno diagnosticado de TDAH?

"Lo primero que debe hacer el tutor es ajustar la exigencia a las posibilidades de respuesta del niño"
Lo primero que debe hacer el tutor es ajustar la exigencia a las posibilidades de respuesta del niño y exigirle cada vez un poco más. Al principio puede utilizar algunas estrategias como fragmentar la tarea que debe hacer ("haz dos de los seis ejercicios y me lo enseñas". ¡Genial, ahora dos más!"), permitirle levantarse más frecuentemente para hacer recados o repartir material, supervisar si subraya el libro o anota los deberes, darle más oportunidades ante los olvidos, más tiempo para terminar los exámenes, obligarle a repasarlos antes de entregarlos o, incluso, examinarle de forma oral mientras en casa practica cómo se hacen los exámenes de desarrollo.

¿Cómo debe ser el entendimiento entre las dos partes: educadores y padres?

Al TDAH no pueden enfrentarse los padres solos o los educadores solos. Es necesario un entendimiento común, arrimar el hombro conjuntamente y coordinarse en el esfuerzo. Ambas partes deben desterrar los tópicos: los profesores, aquél que sitúa el problema en la mala educación de los padres; y los padres, aquél que convierte al profesor en la fuente de la mala fe y cuyo cambio de actitud sería la solución de todos los problemas de su hijo. Ninguna de estas posturas ayuda al niño con TDAH. Los padres deben centrarse en solucionar los problemas en casa y los profesores en mejorar la situación del niño en el colegio, no pasar el problema a los padres como si estos debieran tener la respuesta de los problemas de su hijo en el aula.

Usted como docente, ¿qué recomendaría a los profesores?

Los profesores somos profesionales y, como tales, debemos formarnos para hacer frente a los problemas del aula. Debemos creer en los niños, ayudarles a aprender, a mantener las conductas positivas y a reducir las negativas, a crecer y a sentirse bien consigo mismos. Cuando hablamos con los padres debemos, primero, hacerles sentir que nos gusta su hijo y que le conocemos bien; mostrarles todas las medidas que hemos tomado para ayudarle; comunicarles los cambios positivos y exponerles nuestra preocupación por los aspectos que no hemos podido cambiar para, sólo después de todo ello, pedirles que acudan a un profesional si necesitamos nueva orientación y ayuda.

Y a los padres, ¿cómo pueden colaborar desde casa?

En primer lugar, los padres deben tener información sobre qué es el TDAH y, puesto que no hay dos niños iguales, en qué medida y forma afecta a su hijo en concreto. Los padres deben aceptar que la evolución de su hijo con TDAH exige más ayuda, ánimo, constancia, refuerzo y apoyo que la de sus otros hijos. No pueden educar en la distancia, deberán estar muy presentes en su educación, estar abiertos a la colaboración con los especialistas y ser constantes en su dedicación y apoyo. Estos padres deben, además, formarse como educadores, puesto que para ellos no vale improvisar, ni tener las habilidades educativas de un "padre medio". Necesitan un punto de "profesionalización", por ejemplo, en manejo de la conducta.



Información extraída de: consumer.es

2009/02/25 - Por Marta Vázquez-Reina


Escuela de padres - sábado 4 de mayo de 2013

Escuela de padres (2012-2013):
"Fomentar la autoestima en los niños con TDA-H"

Jornada del 4 de mayo de 2013 - 18:00 horas
Avda. de La Rioja, 12, 2º, puerta 2 - Logroño

viernes, 19 de abril de 2013

Los falsos mitos de la hiperactividad

Si lee bien, no lo tiene. Si reacciona ante los castigos, tampoco. Si es muy inteligente es que se aburre en clase.

 
Frases como estas consiguen que niños afectados por el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad no sean diagnosticados a tiempo. Los expertos arrojan luz sobre un síndrome que afecta a un niño por aula.
 
Niños más difíciles de educar por su comportamiento inmaduro y más impulsivo, en los que los castigos no parecen funcionar, que necesitan de una supervisión mucho más frecuente y que suelen ir mal en el colegio por la dificultad que tienen para regular la atención, organizarse, manejar el tiempo o planificar tareas. Estas son algunas de las características que se observan en los afectados por un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Unas siglas que, en los últimos tiempos, parecen haberse puesto de moda y de las que la sociedad apenas conoce su alcance.
Para comenzar a despejar los falsos mitos que rodean al TDAH hay que explicar que este es un trastorno crónico del neurodesarrollo que afecta a entre un 3 y un 6% de los niños en edad escolar (aproximadamente un niño por aula) y que se caracteriza por presentar síntomas de desatención, de hiperactividad/impulsividad o ambos grupos de síntomas con una intensidad demasiado exagerada para su nivel de desarrollo, su edad cronológica y la educación que ha recibido.


Cómo reconocerlo.
.«Para que pueda diagnosticarse no basta con que el niño tenga estos síntomas, sino que deben ser crónicos. Es decir, no pueden ser originados únicamente por algún factor de estrés puntual en la vida del niño, sino que deben producirle problemas de adaptación importantes y no deben poderse explicar mejor porque el niño padezca un retraso intelectual, un trastorno generalizado del desarrollo o un trastorno emocional», explica Isabel Orjales Villar, doctora en Pedagogía, profesora de la Facultad de Psicología de la UNED y una de las mayores expertas en este trastorno, asociado a un peor funcionamiento del córtex prefrontal del cerebro.
Una vez observados estos síntomas descritos, es hora de que los padres y tutores reciban una orientación psicoeducativa. Ahí aprenderán a organizarse en casa, a saber cómo exigir al niño y qué esperar de él, a controlar mejor su comportamiento y a afrontar situaciones difíciles.
Si con todo, y aunque haya una mejora, los síntomas perduran se puede estar ante un niño con riesgo de padecer TDAH: «Quizá a los 2, 3 ó 4 años no cumpla todavía todos los criterios necesarios para el diagnostico (porque no ha pasado tiempo suficiente para constatar la cronicidad del problema, porque haya que descartar que pueda deberse a otros motivos o porque quizá no manifieste todavía desadaptación significativa) pero muestra un perfil de TDAH que habremos moderado en intensidad con un tratamiento de este tipo», afirma la doctora Orjales.


Difícil diagnóstico.
Aunque parezca sencillo, diagnosticar un TDAH es complejo, ya que a la observancia de los síntomas mencionados los expertos deben sumarle un conocimiento muy profundo del niño, su historia, su comportamiento actual y sus antecedentes familiares. Esto último puede ayudar mucho si en la familia ya se hubieran detectado más casos de TDAH, ya que en el 76% de los casos el origen tiene una fuerte base genética.
Con todo, es importante acudir cuanto antes a un especialista ya que en el tratamiento está la base de poder llevar una vida mejor, ya que los afectados por este trastorno sufren otros síntomas denominados emocionales. Así, la baja tolerancia a la frustración y al esfuerzo suele ser algo que aparece de forma secundaria en ellos.
«Por lo general empiezan siendo niños trabajadores, entusiastas y voluntariosos, pero la realidad es que se juntan dos factores para que aparezcan estos síntomas. Por un lado, estos niños viven más experiencias frustrantes que los demás (sus trabajos son de peor calidad, cometen errores que no esperan y se les regaña por muchas pequeñas cosas a lo largo del día). Por otra, la inmadurez que caracteriza al TDAH afecta también a su capacidad para reflexionar sobre su comportamiento y sobre lo que han realizado, por eso suelen ser demasiado optimistas y soñadores, lo que hace que se decepcionen en mayor medida cuando las cosas no suceden como esperan», matiza Orjales.
Ayudar al niño a conocerse a sí mismo, incluyendo el TDAH como parte de sí pero no como una definición de sí mismo, aprender a organizar el entorno y utilizar estrategias para compensar los déficits y reconocer y desarrollar las potencialidades son parte de los programas de intervención a los que ahora hay acceso. Ahora, porque la mayoría de los TDAH posteriores a la década de los 80 no fueron detectados, diagnosticados ni tratados específicamente, con lo que muchos dependieron de la suerte de tener una familia y profesionales que les supieran entender y se ajustasen a sus características aún a pesar de no saber nada del trastorno.
Como señala la experta, los niños con TDAH tienen más posibilidades de desarrollar todos los problemas propios de la falta de madurez, de autocontrol, etc. De este modo, pueden ser habituales los problemas de comportamiento externalizados (conducta desafiante, delictiva, agresiva) o internalizados (por ejemplo, depresión o ansiedad), la incapacidad de desarrollar todo su potencial, el abandono de los estudios, un incremento del riesgo de sufrir accidentes de tráfico, de meterse en problemas con la justicia, de iniciarse y desarrollar adicciones, etcétera.

Tratamiento.
Tras un estudio multidisciplinar completo y a fondo se estipula el tratamiento para cada caso concreto. Resulta útil una exploración que permita valorar en qué medida se manifiestan los síntomas en su comportamiento, rendimiento académico, en los resultados de pruebas cognitivas de inteligencia, atención, planificación y memoria y que, además, recoja información de su situación emocional actual. También conviene hacer una exploración médica, neurológica y/o psiquiátrica que permita un buen diagnostico diferencial descartando la presencia de otras patologías y detectando trastornos comórbidos (asociados a la enfermedad).
Más allá de los tratamientos, también son muy gratificantes las actividades extraescolares, sobre todo en verano, cuando el niño podría dejar de observar una rutina. «El tiempo sin estructurar o los cambios de planes a diario son realmente perjudiciales». explica el doctor César Soutullo, coordinador del proyecto Pandah y director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra.

Actividades extraescolares.
Así, los campamentos deportivos con actividades organizadas y preferiblemente no académicas pueden motivarle y hacerle ver que aunque no haya ido bien el colegio, en deporte, actividades artísticas, musicales puede ser de los mejores del grupo. «A la hora de elegir un campamento todo niño con TDAH tiene una destreza diferente: hay niños que juegan muy bien al fútbol, les encanta escalar, los malabares, el riesgo o son verdaderos payasos. El verano es un buen momento para que desarrolle esa habilidad que quizá durante el curso no haya podido practicar. Existen campamentos específicos para niños con TDAH que en momentos puntuales, por edad, gravedad o síntomas asociados pueden ser muy útiles», añade Trinidad Bonet, psicóloga y miembro del comité científico del Plan de Acción en TDAH (Pandah).
Apoyo y refuerzo estratégico a nivel individual, terapias cognitivas-conductuales y abordaje psicopedagógico son algunas de las líneas en las que se basan las actividades llevadas a cabo por asociaciones de afectados, como AVATDAH, en Valladolid.
Beatriz Benito Martín, psicopedagoga de esta asociación, explica cómo en periodos de vacaciones realizan talleres un poco más especiales que sirven para fomentar el trabajo en grupo y mejorar su ámbito de relaciones, por ejemplo, con convivencias que les ayudan a sociabilizar.
Si hablamos en general, los niños con TDAH suelen ser más inmaduros en su evolución social, encajan mejor con niños algo más pequeños por gusto, porque son menos maduros para respetar las reglas o porque su juego de imaginación a veces les llena en actividades en solitario. En otras ocasiones, pueden desear llamar la atención de sus compañeros de forma inadecuada y hay que conducir ese deseo de protagonismo de otro modo antes de que se produzca rechazo. A veces pueden surgir problemas debido a la impulsividad y la hipereactividad cuando se junta con baja autoestima y poca tolerancia a la frustacion.

Una ayuda para los padres.
Cuando los padres reciben la noticia de que su hijo está afectado por el TDAH deben entender que comienza una carrera de fondo en la que tendrán que comprender bien el trastorno y aceptar que es crónico –no se solucionará en un año, por lo que exigirá una planificación de energía, y recursos a largo plazo–, además de conocer en qué medida afecta a su hijo.
Por ello, se recomienda que busquen apoyo psicoeducativo para el niño y más formación en su labor como padres, un ‘médico de cabecera’ que les forme y dirija el tratamiento de su hijo, apoyo de otros padres de niños con TDAH y formación en la optimización de los recursos y en la organización familiar. Además, deben ser muy conscientes de que tienen que controlar su estrés, su equilibrio y su ajuste emocional. Con el paso del tiempo controlarán así hasta los juegos indicados para sus hijos. Y es que también hay muchos mitos en torno a esta cuestión.
En realidad, hay muchos niños con TDAH aficionados a la lectura y ningún juego de mesa es una tortura para ellos si es divertido, está ajustado a sus posibilidades y tiene una duración razonable. Respecto a las actividades deportivas o de acción, hay que saber que el niño con TDAH no es un niño nervioso que se relaja con una actividad física intensa. «Es un niño que se activa con mucha facilidad y que tiene muchos problemas para bajar el nivel de revoluciones una vez que se ha activado. Si se le lleva a un parque acuático o a un partido de futbol emocionante se sobreactivará y, lejos de relajarse, puede estar más descontrolado, hiperactivo, impulsivo, irritable y agotado», matiza Orjales.
A menudo, y a la par que los padres reciben la noticia de que su hijo tiene TDAH, surge la pregunta: ¿Alguno de nosotros lo tendrá también?
En este caso, y si así fuera, sería aconsejable plantearse en qué medida mejoraría su calidad de vida y de las personas que les rodean si ellos reciben apoyo psicológico, tratamiento para optimizar su funcionamiento personal, laboral o social y apoyo farmacológico.

Estudios farmacogéneticos.
Conocer qué factores genéticos se van a asociar con mayor intensidad a la respuesta de los medicamentos, el perfil de efectos secundarios que puede tener cada persona con TDAH o la predisposición a padecer otros trastornos comórbidos (como las adicciones) son los objetivos del estudio farmacogenético coordinado por el doctor Josep Antoni Ramos Quiroga, coordinador del Programa Integral del Déficit de Atención al Adulto (PIDAA) del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari Vall d’Hebron.
«Sería muy bueno que tras analizar los datos, que esperamos presentar a mediados de octubre, supiéramos de antemano qué medicamento le va a ir al paciente –si le funcionará mejor un estimulante como el metilfenidato o un no estimulante como la atomoxetina– y saber cómo lo metaboliza. Por ejemplo, a las mismas dosis, una persona que metabolice muy lentamente el medicamento puede sufrir más efectos secundarios», explica Ramos Quiroga.
Con estas respuestas, se obtendrían no solamente tratamientos mucho más personalizados y exactos, también tratamientos psicológicos e incluso sociales mucho más adaptados a las necesidades de la persona afectada. Algo muy importante, sobre todo, si tenemos en cuenta que el apoyo farmacológico estudiado muy a medida de cada caso y aplicado con mucho sentido común puede reducir el impacto de la sintomatología, mejorar la adaptación y ayudar a que asimile mejor el entrenamiento en estrategias.


Información obtenida en: elideal.es
2013/01/17 - Pilar Manzanares

Triunfadores con TDAH ¿falsas esperanzas o estímulos?

"Para que pueda diagnosticarse un tdah no basta con que el niño tenga ciertos síntomas sino que deben ser crónicos. No pueden ser originados solo por un factor de estrés puntual"


Deportistas como el nadador Michael Phelps o el tenista Fernando Verdasco dan buena muestra de que una persona diagnosticada con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad puede llegar muy lejos. Pero hay que tener cuidado con los ejemplos.
Como señala la doctora Isabel Orjales, «debemos pensar que estos grandes deportistas han llegado donde han llegado no por ser TDAH, sino por su buena habilidad para esos deportes, por el disfrute que tenían en su práctica, por la perseverancia y la constancia y el apoyo de la familia y los entrenadores».
Pensar –como circula por los mentideros– que los niños con TDAH tienen de por sí más habilidades para ser deportistas es un grave error, sobre todo porque en la gran mayoría de los casos suele suceder justo lo contrario.
Lo que sí se pone de manifiesto en ambos casos es que el entorno, tan importante para los que padecen este trastorno, ha sabido detectar sus buenas capacidades y se les ha apoyado para poder desarrollarlas: «Si tu familia no cree en tus capacidades no tendrás la posibilidad de recibir el entrenamiento adecuado y si el colegio no es flexible y absorve todo tu tiempo menospreciando es tipo de prácticas, sera inviable que puedas alcanzar metas como esas», afirma la doctora.
Lo importante es, por lo tanto, conocer al niño con TDAH para buscar las actividades de ocio más adecuadas para desarrollar su buena autoestima y su buen potencial.

Mejor en la universidad

Tal y como explica la doctora Orjales, los niños con TDAH tienen verdaderos problemas para superar la educación Secundaria y el Bachillerato, más a veces que la Universidad. En la Universidad, los jóvenes eligen aquellas materias para las que están mejor dotados, no se penalizan las faltas de asistencia, está permitido estudiar por apuntes fotocopiados y no es necesario un estudio tan constante (si se tiene capacidad, se puede estudiar intensivamente a última hora y superar una asignatura).
En el colegio, sin embargo, se exige que el niño con TDAH sea muy constante, los deberes son diarios, los apuntes tienen que tomarse a mano y estar limpios, los ejercicios deben estar todos realizados, las laminas de dibujo entregadas a tiempo, se penalizan las faltas por no llevar el equipo de deporte completo, por olvidar la flauta o no llevar el material de dibujo: «Además, la evaluación continua se convierte en un examen perpetuo. No importa que demuestren conocimientos de sobresaliente en el examen de evaluación, se hará la media con un montón de notas», señala la experta.
«En el colegio y el instituto se exige al niño con TDAH que aprenda, pero que aprenda en el momento y al ritmo que el profesor dicta y eso es para ellos mucho más dificil de cumplir. En la Universidad desaparecen los deberes diarios que les desbordan, los exámenes suelen ser más facilmente tipo test, existen otras formas de evaluación alternativas (trabajos o prácticas) y cuando apruebas una materia puedes liberarla», concluye.
Información obtenida de: ideal.es
2012/09/28 - Pilar Manzanares - Madrid

martes, 16 de abril de 2013

Dedicado a esos futuros maestros, que abriran las ventanas al mundo a sus alumnos



Desde ARPANIH queremos agradecer a los estudiantes de 3ª de Magisterio de la Universidad de La Rioja, de Educación Infantil y Primaria, su colaboración con esta asociación en la petición a la OMS para que declare un Día Mundial por el TDAH.

Gracias

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca,
hay que medir, pesar, equilibrar…
y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas...
(Gabriel Celaya)

lunes, 15 de abril de 2013

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sábado, 13 de abril de 2013

Saber tratar a los alumnos

El Cossío contacta con psicólogos para mejorar el rendimiento de niños con trastorno por déficit de atención.

26.11.2011

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA-H) es un trastorno de base neurobiológica que se caracteriza por déficit de atención o concentración, impulsividad e hiperactividad motriz excesiva. Desde que está catalogado como tal, se estima que alrededor del 7% de los alumnos en edad escolar padece este síntoma.
En Educación Primaria cuentan con más recursos para atender a estos escolares con mayor atención. En Secundaria, los profesores se tienen que enfrentar a una situación en la que muchas veces desconocen cómo tienen que actuar por el bien del alumno. Con esta inquietud, el IES Bartolomé Cossío se ha puesto en contacto con ARPANIH (Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos) para conocer más a fondo el trastorno y saber cómo les tienen que tratar.
Esta semana, una psicóloga se ha reunido con todo el claustro de profesores para hablarles de los alumnos con TDA-H. El defícit de atención o la hiperactividad «no es el comportamiento del chaval, sino que hay que entender que es una enfermedad», asegura Juan José Martín, director del IES Bartolomé Cossío.
En el instituto tienen varios alumnos con déficit de atención o hiperactividad y han visto necesario prestarles una atención especial. «No hay que apartarles del aula porque molesten o porque no hacen caso, al contrario, hay que estar preparados para atenderles como se merecen», apunta Martín.
La reunión con la psicóloga ha sido una primera toma de contacto para conocer unas pautas generales que se puedan utilizar en el aula. Enseñarles a planificar o facilitar la realización de los ejercicios son algunas de las cosas que se pueden hacer. A partir de ahora, los profesores realizarán grupos de trabajo y cada departamento asumirá cómo afrontar la realidad que se les plantea en el aula. En los primeros cursos de la ESO es donde más se encuentran con esta situación y los profesores continuarán en contacto con la asociación para seguir unas pautas más concretas. El objetivo es aprender a trabajar con estos alumnos para que tengan las mismas oportunidades en el aula.

Publicado en: www.larioja.com

jueves, 11 de abril de 2013

Escuela de padres - sábado 13 de abril de 2013

Escuela de padres (2012-2013):
"Ventajas del tratamiento farmacológico del TDA-H"

Jornada del 13 de abrilde 2013 - 18:00 horas
Avda. de La Rioja, 12, 2º, puerta 2 - Logroño


viernes, 5 de abril de 2013

Jornadas de Convivencia escolar - Gobierno de La Rioja

“Nuevas perspectivas y enfoques en el trabajo de convivencia escolar"
IES Hermanos D'Elhuyar - 8 y 9 de marzo de 2013 (Logroño)

Los pasados días 8 y 9 de marzo de 2013 se celebraron las Jornadas “Nuevas perspectivas y enfoques en el trabajo de convivencia escolar”, organizadas por la Consejería de Educación, Cultura y Turismo del Gobierno de La Rioja con la colaboración de la Asociación “CONVIVES” y del IES Hermanos D’Elhuyar de Logroño, a las que miembros de ARPANIH acudieron como invitados.
La finalidad de las Jornadas fue apoyar e impulsar el trabajo que desde los centros educativos se realiza en la mejora de la convivencia, así como dar a conocer nuevos avances y enfoques fruto de las investigaciones y del trabajo realizado hasta ahora.
Además de presentar el material de las Jornadas, el blog convivenciaescolar.edurioja.org tiene como objetivo ir ofreciendo novedades, experiencias, publicaciones, etc. que resulten de interés en el tema de la convivencia escolar. Puedes colaborar enviándonos tus aportaciones, desde experiencias de buenas prácticas de convivencia que se desarrollan en tu centro hasta recursos que consideres puedan ser útiles para otros docentes.
Conozca los contenidos de las ponencias:
Una nueva convivencia para un mundo diferente
Mª José Díaz Aguado
Catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid.

¿Qué hemos aprendido de la puesta en práctica de los planes deconvivencia?
Nélida Zaitegui de Miguel
Vicepresidenta de la Asociación “CONVIVES”, inspectora jubilada del Departamento de Educación del Gobierno Vasco.

Nuevos problemas de acoso entre iguales: el ciberbullying
José María Avilés Martínez
Jefe del Departamento de Orientación del IES Parquesol de Valladolid.

“Gestión del aula: errores y sugerencias”
Joan Vaello Orts
Profesor de Psicología de la Motivación y Psicología de la Emoción en la UNED.

La apertura a la comunidad y al entorno: el Aprendizaje-Servicio y laconvivencia
Pedro Mª Uruñuela Nájera
Presidente de la Asociación Convives e Inspector jubilado de Madrid-Sur.

También en formato vídeo.

Conozca una asociación para la conviviencia en la escuela: CONVIVES
Asociación para el trabajo de la convivencia en positivo en los centros escolares. Publica una revista, elabora materiales y cursos de formación.