Las emociones intensas, especialmente las negativas (ira,
agresividad, estrés....), cursan con un alto nivel de actividad
fisiológica Por el contrario, los estados de tranquilidad suponen un nivel de activación fisiológica mínimo. Conocer y aplicar
estas técnicas supone un potente recurso para combatir las emociones
negativas, ayudar a generar estrategias para el
control de ciertas conductas; y afrontar o reducir eficazmente miedos,
ansiedad o síntomas depresivos.
Durante la infancia, son los padres los que deben guiar y supervisar las
distintas técnicas, no obstante, a medida que el niño va aprendiendo y
haciéndose mayor puede irlas practicando él mismo e incorporarlas como
un mecanismo habitual para afrontar diversas situaciones de estrés.
Practicar
técnicas de relajación desde la infancia supone, además, crear unos
espacios de interacción padres-hijos y afianzar vínculos afectivos.
2. ¿Qué es la relajación?
3. Técnicas de relajación según la edad
a) Primera infancia (de 2'5 a 6 años)
b) Infancia (de 7 a 9 años)
c) Preadolescencia (de 10 a 12 años)
d) Adolescencia (de 13 a 17 años)
4. La relajación progresiva de Jacobson
5. La relajación pasiva
6. La relajación autógena
7. La respuesta de relajación
8. Aplicaciones en diferentes problemas y trastornos
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Un ejercicio práctico de relajación tipo " Contracción - distensión "
Comenzaremos relajando el cuerpo, realizaremos la técnica sentados cómodamente uno en frente del otro, con ropa cómoda que no apriete y en una habitación tranquila con buena temperatura y con luz ténue, podemos acompañar el procedimiento con música.
û Brazos: Estiro el brazo hacia delante poniendo el puño duro. Tenso
durante unos segundos y relajo, hacemos hincapié en la sensación de tensión y
en la de relajación para que el niño lo diferencie (está muy duro, ahora está
muy relajado, el brazo me pesa no puedo moverlo…) Realizamos el ejercicio dos veces
con cada brazo. Primero el derecho y después el izquierdo.
û Hombros: Subo los dos hombros hacia arriba, lo mantengo unos segundos y
suelto los hombros. Se hace dos veces.
û Espalda: Hecho los dos brazos hacia atrás como si fuera a juntar las
manos, mantengo unos segundos y suelto. Se hace dos veces.
û Abdomen: Aprieto muy fuerte la barriga, comprueba con tus dedos que tu
barriga está muy dura. Igual que el anterior.
û Piernas: Estiro hacia delante la pierna con la punta del pie también hacia
delante, mantengo unos segundos y suelto. Realizo la actividad dos veces con
cada pierna.
Todo junto: Relajo las piernas, brazos,
hombros y abdomen a la vez. Tenso todas estas partes de la forma explicada
anteriormente. Lo realizo solo una vez.
û Ojos: Apretar los dos ojos fuertemente, mantenemos unos segundos y
soltamos. Dos veces.
û Labios: Juntar los labios y apretarlos fuertemente, mantenemos unos
segundos y soltamos. Dos veces.
û Frente: Pon la frente como si estuvieras enfadado/a, arrugándola. Igual.
û Mofletes: Coloca la boca como si fueras a soplar. Igual.
û Orejas: Difícil. Concéntrate en ellas e intenta subirlas hacia arriba. No
te preocupes sin lo consigues. Igual.
û Cuello: Apretamos los dientes muy fuerte. Igual.
Todo junto: Intentamos tensar toda la cara junta, ojos,
labios, frente, orejas y cuello. Lo realizo una vez.
Después intento realizar cuerpo y cara y conjuntamente, tenso
piernas, brazos, hombros, abdomen y la cara a la vez. Lo realizo una sola vez,
insisto en la relajación de todo el cuerpo, cierro los ojos y noto como mi
cuerpo está muy pesado y muy muy relajado no puedo moverlo.
Para finalizar, un masaje. Cojo las piernas del niño/a y
las balanceo lentamente comprobando si están flojas, hago también lo mismo con
los brazos. Por último, realizo un masaje en la cara, con ambas manos realizo
masajes circulares en las sienes, mofletes, frente y barbilla, mientras en
niño/a permanece con los ojos cerrados.
¡Calma sus pataletas con respiración y mucha imaginación!
Juega con ellos a respirar con animalitos.
Usa técnicas de relajación sencillas como Las Respiraciones Conejito,
una técnica diseñada para niños de 5 a 11 años, que puede ayudar a conseguir que un niño que llora recupere
el aliento.
Esta técnica es un
espejo de la forma en que un niño llora, lo llamamos el “Sniff, Sniff,
uff” (huele, huele, sopla). Haz que tu niño tome dos inhalaciones cortas
por la nariz, y luego realice una larga exhalación por la boca. Esto
contribuye a que su cuerpo se relaje. Puede ayudar el añadir una señal
visual, contando los “huele” con los dedos y luego “sopla” con su mano
abierta, como mandando un beso.
Practícalo cuando el niño esté
tranquilo, para que cuando se alborot, podáis “oler, oler, soplar”
juntos. Con el tiempo, instintivamente puede utilizar esto para
calmarse.