viernes, 14 de marzo de 2014

La importancia del entrenamiento de los padres en el TDAH

(Resumen)
Terapeuta Infantil Cognitivo-Conductual - Centro SEPIMEX

Los padres de los niñ@s con TDAH suelen experimentar dificultades en su labor en la crianza: frustración, aislamiento social, e insatisfacción con su rol parental. De ahí la importancia de ayudarles a comprender y manejar el comportamiento de sus hij@s. El temperamento de los niños con TDAH junto con el estrés de los padres determina el estilo de disciplina que estos emplean. Tienden a ser impositivos, en gran medida por aspectos personales de los padres y por la características del trastorno, que supone una continua fuente de tensión en el ejercicio de su paternidad y maternidad.

Uno de los principales motivos por los cuales el trabajo terapéutico debe extenderse al entrenamiento de los padres es que en ocasiones las familias reaccionan negativamente ante el diagnóstico del TDAH y sus comportamientos. Los padres buscan encubrir y protegerse de la realidad desconociendo algunas veces la existencia del trastorno, evitando la asistencia a la consulta, demorándose para realizar el diagnóstico, o no confiando en el criterio profesional, tomando como alternativa cambiarlo, inhibiendo y obstaculizando el desarrollo del tratamiento.
Los pensamientos generados por los padres ante el trastorno, los lleva muchas veces a convertirse en padres sobreprotectores incitando en el niño actitudes de minusvalía innecesarios o, por el contrario, utilizando elementos instigantes a manera de “controlar” inadecuadamente su conducta. De esta manera los padres no consideran que los comportamientos del niñ@ sean característicos del trastorno, sino una simple manifestación de pereza o mala voluntad.

Varios estudios señalan que las familias que tienen niñ@s con TDAH usan métodos de disciplina poco adecuados, aplicando estrategias más agresivas y autoritarias; emplean un tono de voz más serio y hacen comentarios más negativos sobre el comportamiento, imponiendo límites a veces excesivamente estrictos, pero sin ofrecer explicaciones al respecto.

Es por ello que los tratamientos funcionan en gran parte, en el momento en que los padres aceptan el diagnóstico y trabajan en pro de la salud mental de sus hij@s; de lo contrario se ha visto en la experiencia clínica, que de nada sirven los procesos psicoterapéuticos y/o farmacológicos, si no se trabaja o refuerza en la familia lo que se aprende en terapia.

La conclusión más relevante que se ha llevado a cabo a través de varios estudios, señala que existe un aumento entre el estrés que produce la crianza de niñ@s con TDAH y la práctica de técnicas de disciplina inadecuadas en la familia; fomentando la gravedad de los síntomas del TDAH y la aparición de otros trastornos de la conducta.

Una compleja influencia negativa tiene el TDAH, en el sistema familiar. En consecuencia un buen tratamiento debe incluir un módulo de asesoramiento a padres como un componente fundamental.

Recientemente investigaciones coinciden en que entre los tratamientos psicosociales más efectivos incluyen el entrenamiento a los padres y profesores en modificación de conducta, ya que se ha visto que las intervenciones en el plano académico y la educación especial, son las intervenciones más prometedoras. Si a estas técnicas se les añadiera la terapia familiar, solución de problemas y habilidades de comunicación y además todo esto se realizara en un periodo amplio de tiempo, el pronóstico de estos niñ@s es significativamente exitoso.

En la actualidad los únicos tratamientos validados empíricamente para el TDAH son la medicación, la práctica del entrenamiento a padres y maestros en técnicas de manejo cognitivo-conductual aunado al entrenamiento de los niñ@s hiperactivos en habilidades socioemocionales..

Más allá de brindar a los padres herramientas específicas para interactuar efectivamente con el niñ@, el principal objetivo es promover en ellos un cambio de actitud frente a las desventajas que el trastorno ocasiona. Este cambio contribuye a que tanto padres como maestros asuman el TDAH como una condición que puede manejarse y mejorar positivamente, siendo el desafío más importante, subsanar y preservar la salud psico-emocional y social del niñ@ y de su entorno (familiar-escolar).
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