martes, 2 de diciembre de 2014

Palabras que dejan cicatrices

La mayor parte los padres cometemos errores en la crianza de nuestros hijos por cualquier motivo menos por el deseo de dañarlos. . Sin darnos cuenta, les decimos o hacemos cosas que terminan dejando tantas cicatrices como los golpes. El tirón de pelo o las palmadas no son la única manera de dañar emocionalmente a los niños. Uno puede agredirlos con el gesto y la palabra El maltrato verbal está mucho más extendido de lo que sospechamos. No sale en los diarios ni en los noticieros porque ocurre en la cotidiana, dentro de las supuestamente protectoras paredes del hogar y del aula. Todos nos hemos visto tentados a hacerlo, la mayor parte de las veces, sin pensar lo que estamos haciendo,sumimos a los niños en el miedo, la inseguridad y el desamparo y dejamos consecuencias perdurables en su cerebro.
M. Teicher, de Harvard Medical School, demostró en una investigación reciente, que aquellos individuos que habían sido víctimas de maltrato verbal en sus años escolares mostraban un subdesarrollo en las fibras que conectan ambos hemisferios (cuerpo calloso). Estudiados desde el punto de vista clínico, ese mismo grupo sufría considerablemente más que el promedio de: ansiedad, depresión, comportamientos agresivos
Tenemos que estar atentos para no responder con lo primero que se nos viene a la boca. Hay muchos tipos de maltrato verbal. Estos son algunos:
  1. Etiquetarlos negativamente: “desastre” ,“”“mentiroso!”, “malo”. Son etiquetas negativas que algunos niños escuchan día tras día durante los años en que están construyendo la imagen de sí mismos, su autoestima. Estén atentos: cuando tengan que señalar algo que se hizo mal, refiéranse a lo que el niño hizo y no a lo que es.
  2. Amenazarlos con el abandono“Un día me voy a cansar, me voy a ir y no me ven más” o “Si tu padre se va y no vuelve!". El amor y la protección de los padres debe ser incondicional y así lo tenemos que trasmitir. Podemos enojarnos, puede no gustarnos lo que se hizo pero eso no amenaza la seguridad del niño.
  3. -Hacerlos sentir responsables de nuestra salud: “¿Quieres que me de un infarto? ¿Eso es lo que estás buscando?". "¡Me vas a hacer enfermar!". La culpa nunca es un buen camino para llegar a ningún lado. Jamás carguen la mochila de sus hijos con estos pesos
  4.  Asignarles malas intenciones: “¡Otra vez dejaste la toalla húmeda sobre la cama! ¿Por qué nos haces esto? No valoras el trabajo de tus padres y estropeas lo que compramos con tanto sacrificio”. ¿Por qué tenemos esa mala costumbre de sentir que los hijos nos hacen las cosas para molestarnos? Ellos cometen los errores que cometen porque son niños, porque sus cerebros están inmaduros y eso les impide actuar con el criterio y el orden de los adultos. Si tenemos hijos, más nos vale estar prontos a esperar muchas imperfecciones e inconvenientes porque eso es lo normal. Enséñenles a superarse pero sin sentirse agredidos personalmente por sus comportamientos normalmente inmaduros.
  5. Compararlos: “¿Porqué no aprendes de X que es superordenado?”  “Cuando yo tenía tu edad ya me hacía cargo de toda la casa". Puede que sea cierto lo que decimos pero es igualmente abusivo e inútil. Cada uno es cada uno, con su realidad y circunstancia. Cada uno tiene que encontrar su propio camino, superándose a uno mismo en el proceso. Cuando se compara a un niño con un modelo, cuando se lo quiere meter en un molde prefabricado, no se le está respetando su derecho a ser él mismo, único e irrepetible.
  6.  El sarcasmo: “Aaah! Muy lindo de tu parte, la verdad que no esperaba menos de ti”. El sarcasmo es una agresión disfrazada de humor pero agresión al fin y como tal genera resentimiento, humillación, dolor. No es un buen ingrediente en el vínculo íntimo ni conduce a cambios saludables.  


Algunas veces, después que agredimos verbalmente, nos damos cuenta que estuvimos mal, que nos dejamos llevar por el 
impulso y el reflejo condicionado y nos arrepentimos. Vale el arrepentimiento sincero y vale el pedido franco de disculpas siempre y cuando nos dispongamos a no seguir repitiendo el mismo error. Busquen entre sus recursos personales la manera de no caer en estos abusos verbales de poder y si no encuentran la manera, busquen ayuda.

NATALIA TRENCHI. Médica, psiquiatra de niños y adolescentes y ppsicoterapia cognitivo-conductual. 

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http://www.mujermujer.com.uy/columnas/4290_palabras-que-dejan-cicatrices/