Según el último
informe del Consejo Escolar del Estado (CEES) la apertura de los colegios a los
padres es vital. Una buena relación
familia y escuela es un factor muy importante en los buenos resultados
académicos de los hijos.
Ese es el objetivo del
informe «Las relaciones entre familia y escuela. Experiencias y buenas
prácticas», publicado por el Consejo Escolar del
Estado (CEES)
Los caminos propuestos para dinamizar la
relación familia y escuela pasan por muy distintos ámbitos pero el objetivo de
todos ellos sería superar la visión tradicional que prevalece de la relación
entre los padres-madres y el centro, en aras de lograr una relación más
fructífera. Seguimos anclados, tal
y como indica el director del CEIP Julián Marías, Antonio Adánez, «en el mismo
modelo de escuela que hace 100 años, mientras que la institución familiar ha
cambiado por completo». Para él, habría sin duda que mejorar esta
tendencia: «deberíamos trabajar por conseguir un espíritu más colaborativo».
La realidad es que en España este vínculo se
suele reducir, corrobora José Carlos Aranda, miembro de la Real Academia de la
Lengua de Córdoba y profesor de instituto «a la reunión inicial de principios
de año, donde se explica el planteamiento general del curso y las
características especiales del grupo». Dicha relación —prosigue Aranda— no mejora
con el transcurso de los meses, y la realidad es que familia y escuela solo se
vuelven a encontrar cuando existe un problema y «hay que apagar un fuego». Es decir, «porque los padres necesitan concertar urgentemente
una cita con un tutor, o porque este tiene que realizar una amonestación al
alumno», explica. Los encuentros, denuncia este maestro, no se realizan «si no
es necesariamente obligatorio. Hay una burocratización excesiva, que hace que
estemos más pendientes de la reclamación o la denuncia que de ayudar al alumno
que tenemos delante». Para
él, es muy difícil corregir esta situación, porque los profesores «son de
Matemáticas, Lengua o Literatura, pero no de Pedagogía y menos en Psicología.
Al menos en Secundaria, que es donde verdaderamente empiezan a vislumbrase los
problemas». En cursos anteriores lo ideal, añade Aranda, «sería que los
docentes tomaran conciencia de que también son asesores familiares».
Según el informe del Consejo Escolar del
Estado, los marcos normativos han procurado
estructuras para la participación a distintos niveles, el consejo escolar del
centro, la asamblea, las asociaciones de padres y madres... etcétera. Pero son estructuras que no parecen favorecer una
participación realmente efectiva.
Entonces, ¿cómo
definen los expertos una participación eficaz de las familias? Para los
profesores entrevistados, una participación eficaz de las familias en la
escuela sería posible con una apertura real del centro al entorno, donde los
padres pudiesen realmente proponer cosas que se llevasen a cabo.
Fuente
http://www.abc.es/familia/educacion/abci-buenas-notas-tambien-dependen-relacion-fluida-entre-familia-y-escuela-201511102207_noticia.html