Resumen de la entrevista con César Bona, candidato a mejor profesor del
mundo. El único
español que figura en la lista de 50 finalistas del Global
Teacher Prize, un galardón
internacional que reconoce la labor del profesorado y al que presentaron su
candidatura más de 5.000 aspirantes de 127 países
“¿Qué
les enseñas?”
-“A ser curiosos”.
-“¿Cómo lo
haces?”
-“Si tú pones en clase una caja cerrada y te vas, todos se
acercan y finalmente la abren. Les enseño una actitud. Ser curiosos,
preguntarse: qué, por qué, para qué ante cualquier cosa. Todo niño es curioso,
imaginativo, creativo. A veces entran por la puerta de la escuela y todo eso
desaparece. Todos podemos ser curiosos, imaginativos y creativos el resto de
nuestras vidas, si no nos mutilan de niños. Y la creatividad nos salva. Hoy,
con tantos problemas de paro, aquellos que son creativos pueden encontrar más
opciones”.
-¿Por dónde
empiezo yo, como madre?
– “Pregunta cosas a tu hijo, no le des todas las respuestas.
Hazle protagonista. Una niña llegó a clase y me preguntó: ¿Por qué en los
pueblos hace tanto frío? Le dije que no lo sabía, y le pedí que lo investigara.
Ella llegó con la respuesta Nosotros, para buscar información, teníamos un
libro. Ellos cuentan con Internet, que para mí es un océano que tiene tanto
latas sucias como tesoros. Ahora tienen una posibilidad increíble de buscar
información sobre lo que quieran. Enséñale a buscar tesoros”.
– ¿No tienen bastante con
hacer los deberes?
– “¡Los deberes!”, exclama.
“Los padres tienen que disfrutar de los niños, y los niños disfrutar de la
infancia. Esto no pasa si la vida es deberes, cenar, cama. Así todos los
días. El tiempo pasa rápido, y sin darte cuenta el niño ya no es niño. Te has empeñado,
por inercia, en que sepa cosas: inglés, chino, robótica… ¿Y qué? ¿Dónde está la
niñez? Se nos olvida que vuela el tiempo. La infancia pasa, no lo olvides. Yo,
cuando era niño, cogía el bocadillo y hacía cabañas junto al río. Ahora tengo
dos carreras. En la vida cada uno
encuentra su camino, no tengas prisa ni miedo”.
-¿Y cómo
encuentra un niño su camino?
-“En COU yo aún no sabía qué quería hacer, y ya no era un niño. Deja que tenga tiempo para descubrirlo. El
futuro no es solo una carrera. Si tiene tiempo para descubrir qué le gusta
a él, encontrará ese camino”.
-Lo que cuentas es volver
a los básicos de un buen ser humano.
-“Les enseño inglés, matemáticas, sociales, pero también
respeto, cuidado al otro. Nadie puede rebatir esto: da igual los idiomas que hables, o las carreras que tengas. Lo
importante es cómo hago sentir a otra persona, y cómo me hacen sentir, y cómo
reacciono ante esto. Sí, hay una inercia social de que tienes que ser
académicamente muy formado, pero la
base fundamental de una vida es la emoción, y nadie puede rebatirlo. Si queremos mejores personas, y un mundo
mejor: respeto y auto exigencia positiva”.
-¿Auto exigencia
positiva? ¿Eso qué es?
-“Siempre les escribo una frase en la pizarra: “No pain, no
gain”, sin esfuerzo no hay recompensa.
Cualquier cosa que quieras, ser arquitecto, mecánico, lo que sea, necesitará
esfuerzo. Pero hagas lo que hagas, no olvides que lo que importa es que después
llegas a casa, y se trata de ser feliz, que hagas feliz a tus hijos,
a tu mujer, a los tuyos. Estos niños son los que en pocos años regirán nuestro
país, cuidarán a sus maridos y mujeres, respetarán a sus vecinos. Ahora están
aprendiendo a hacerlo. A la hora de
elegir colegio, lo importante no es pensar qué cole cae más cerca, sino qué
profesores van a educar a nuestros hijos”.
-Cómo introduces estos
valores de los que hablas al enseñar tus asignaturas.
-“Por ejemplo, si tienen que preparar algo en inglés, les pido
que hablen del cuidado a las personas mayores, o de cómo cuidar la naturaleza.
Y lo hacen en inglés. Con los chavales de sexto de primaria había
que hacer un proyecto virtual, y ellos decidieron hacer una protectora de
animales en internet, El Cuarto Hocico. Mi
aula es una micro sociedad, y lo que hacen aquí lo continúan cuando salen. Son
altruistas, no piensan solo en sí mismos… No es teoría. Respetar a los
ancianos, a los animales, y a los otros, te hace ser más feliz”.
-¿Cómo les enseñas a ser
altruistas?
-“Un día en clase tracé una línea vertical en la pizarra. Y les
dije: cómo cada uno se construye como persona es absolutamente voluntario. Tú
puedes ir a este lado de la raya, y quedarte pasivo ante una injusticia, o ir a
este otro y ver cómo alguien se le ha roto la bolsa de la compra y correr a
ayudarle. Depende de ti, tu calidad como
persona depende de tus actos. Un tiempo fui entrenador de fútbol. Una tarde
los niños se pelearon entre ellos, y les dije que al día siguiente no vinieran
al entrenamiento. Les dije que antes que
jugadores quiero personas en mi equipo”.
-¿Te cree
alguien? ¿Los directores? ¿Otros profes? ¿Los padres?
-“Comprueban que funciona. Me preguntaron si merecía la pena
hacer una peli de cine mudo. Y vieron que sí. Unos padres se preocupaban por la
gramática, y por la lengua… Después del proyecto me escribieron una carta que
decía:” Gracias, porque ahora mi hija es capaz de dar un paso ante las
injusticias, es una persona mucho más íntegra, y ha aprendido gramática”.
“La
importancia de llamarse Applewhite” es un película realizada por César Bona con 6 alumnos (Zaragoza),
-¿Y los adultos, estamos
preparados para enseñar a los niños?
-“Ser maestro
es una gran responsabilidad y cuando uno estudia una carrera hay que ser
consciente de lo que va a hacer, es una actitud vital, y a lo
mejor habría que medirlo de una forma extra. Si no eres curioso no puedes
fomentar la creatividad, o la curiosidad, o el respeto. A los adultos nos falta
gestionar las emociones, porque nadie nos ha enseñado. Hay que empezar por
enseñar a los profesores. Aunque ya hay cientos de maestros que hacen grandes
cosas”.
Entrevista completa http://hominidas.blogs.quo.es/2015/01/29/la-infancia-pasa-no-lo-olvides-primera-leccion-del-candidato-a-mejor-profesor-del-mundo